martes, 2 de julio de 2013

Noches suicidas.


Créeme que asusta cuando me acuesto y me falta algo… y sé qué es. Cuando acabo cada mirada en unos ojos que no me miran como tú. Y muero un poco más. Y estoy sin ti.

Asusta mucho que necesite oírte oírte para dormir y que tenga que encoger cada músculo para hacerte un hueco en esta cama que desborda ganas y noches pendientes.

Que me recorre un escalofrío desde el cuello hasta los muslos cada vez que te pienso con la luz apagada. Que mis sábanas piden desorden a gritos y los patos de mi cama que les cortes ya las alas.

Pero yo sólo te pido un tímido
      Y suave
      Roce de piel.

 

martes, 11 de junio de 2013


Me han dicho que por las noches debo ser obediente y hacer sumiso caso a todo lo que digan tus manos y roce mi vientre. Que debo dejarme y dejarte que hagas conmigo lo que quieras, que ensanchas las camas y encoges mis caderas cada vez que me miras provocando un incendio. Que vas por ahí diciendo no sé qué de mi espalda y de esos lunares que de cerca parecen islas abandonadas, y esas costillas que recorren tus dedos como si del fin del mundo se tratara.

Sin embargo yo me callo, que prefiero sentir y sentirte. Que las noches no se gastan solas. Que te necesito a ti. Que te necesito aquí...

Y luego te preguntas el por qué de mis dudas, si es justo mi almohada quien duda si tus sueños son conmigo y si tus pies estarán tan fríos como mi cabeza. Pero qué más da... si sólo me importa tenerte. Tenerte bien fuerte.

domingo, 26 de mayo de 2013



Es este miedo a decirte que no, pero tampoco puedo decirte que sí. Y me tratas como lo que no soy y tú eres algo diferente también.

Solo quiero calor, y por este camino no vamos bien.